Isaac Albéniz fue niño prodigio que, con tan sólo 4 años de edad, actuó para el público de Barcelona. En 1866 viajó a París para estudiar en el Conservatorio de aquella ciudad, pero no fue aceptado. Regresó a España y ofreció varios conciertos en todo el país. Se asentó con su familia en Madrid en 1868 y se matriculó en el Conservatorio.  Realizó algunas giras artísticas y se embarcó como polizón hacia Costa Rica. En América actuó en Argentina, Brasil, Cuba, Puerto Rico y Estados Unidos. Regresó a Europa y en 1878 fue alumno de Franz Liszt en Budapest.  Los componentes de su música son el folklore andaluz y el piano. Albéniz fue pionero de la escuela nacionalista española, a la que luego pertenecieron Enrique Granados y Manuel de Falla. Su obra puede dividirse en tres etapas importantes para el desarrollo de la técnica pianística española:  la primera con valses, pavanas, minués, mazurcas e impromptus; la segunda abarca obras dramáticas, como Pepita Jiménez (1896); y la tercera refleja su plenitud técnica, con los cuatro cuadernos de La suite Iberia (1906-1909), considerada una de las obras para piano más importante de la música española.  A partir de 1893 y después de haber abtenido grandes éxitos como virtuoso, Albéniz se dedicó a la composición. Murió poco después de terminar Iberia. |